Cada semana, ofreceremos una reflexión estoica y ejercicios para profundizar la práctica del estoicismo en un viaje de autodescubrimiento y fortaleza personal.

Cuando nos damos cuenta de que lo que sucede es justo lo que deseamos, nos volvemos invencibles.

Reflexión

El estoicismo nos enseña que el deseo y la aversión son dos caras de la misma moneda de la experiencia humana. El deseo nos lanza a un futuro incierto, a la búsqueda de lo que aún no tenemos, mientras que la aversión nos aleja del presente, nos aleja de lo que ya está aquí y ahora. Pero, ¿qué sucede cuando lo que sucede es justo lo que deseamos?

Entonces, la vida misma se convierte en una forma de arte, una danza en la que cada paso, cada momento es una afirmación de nuestro propio ser. Nos volvemos invencibles no porque hayamos obtenido lo que anhelamos, sino porque hemos aprendido a querer lo que obtenemos. Nuestros deseos y nuestra realidad ya no están en conflicto, sino que se han fusionado en una entidad indivisible, una singularidad de ser.

De esta forma, la invencibilidad aquí se interpreta no como una resistencia heroica a los golpes de la fortuna, sino como una aceptación radical de la vida tal como se presenta, sin los juicios que a menudo oscurecen nuestra visión. No hay anhelo de lo que podría ser, ni resistencia a lo que es. Solo hay aceptación, y en esa aceptación, hay una fortaleza que ningún golpe de la fortuna puede perturbar.

Podríamos visualizar esta invencibilidad no como un escudo de armadura, sino como el fluir de agua que se adapta a cada roca, a cada cambio en el curso del río, pero que, en su incesante movimiento, desgasta las montañas y talla los valles. Es una fuerza que no se impone, sino que se adapta, una fuerza que no busca cambiar el mundo, sino que se cambia a sí misma en respuesta a él.

Por último, esta reflexión nos lleva al corazón de la filosofía estoica. Los estoicos creían que no estamos en control de lo que sucede a nuestro alrededor, pero sí tenemos control sobre cómo respondemos a lo que sucede. Al alinearnos con el flujo de la vida, nos liberamos de la ansiedad del deseo y la aversión, encontrando una invencibilidad interna que nada externo puede amenazar. Nos volvemos invencibles no en un sentido físico, sino en un sentido emocional y espiritual, ya que hemos aprendido a encontrar la paz y la serenidad en cualquier circunstancia.

Pregunta

¿En qué momentos de tu vida diaria puedes observar que tu realidad y tus deseos entran en conflicto?

¿Cómo podrías alinear tus deseos con tu realidad presente para experimentar esa invencibilidad interna de la que habla el estoicismo?

Ejercicio

Durante una semana, realiza un registro diario de tus experiencias. Haz una lista de situaciones en las que sientas un conflicto entre tus deseos y tu realidad actual. Luego, para cada conflicto, reflexiona sobre cómo puedes modificar tu deseo para que esté más alineado con tu realidad. Esto no significa renunciar a tus metas o aspiraciones, sino adaptar tus expectativas y actitudes hacia ellas.

Por ejemplo, si estás en un atasco de tráfico y deseas estar en casa, reflexiona sobre cómo puedes cambiar tu deseo para que esté más en sintonía con tu realidad actual. Podrías pensar: "Deseo usar este tiempo para escuchar un audiolibro que me interesa" o "Deseo aprovechar este momento de tranquilidad antes de llegar a casa para meditar y relajarme".

Intenta hacer esto cada día durante una semana y observa cómo cambia tu percepción de tu vida y tus experiencias. Al final de la semana, evalúa tu progreso. ¿Te sientes más en paz con tu vida tal como es? ¿Has experimentado esa sensación de "invencibilidad" de la que habla el estoicismo?

Este ejercicio te ayudará a practicar la aceptación y a alinear tus deseos con tu realidad, dos aspectos fundamentales del estoicismo moderno.