Las enseñanzas estoicas, desde su origen en la antigua Grecia y Roma, hasta su aplicación en el mundo contemporáneo, siempre han enfocado sus reflexiones en el poder del individuo para gobernar su mundo interno, independientemente de las circunstancias externas. La idea de que "La vida no se trata de encontrarte a ti mismo. Se trata de crearte a ti mismo" se entrelaza profundamente con esta filosofía.
Primero, reflexionemos sobre la primera parte de la declaración: "La vida no se trata de encontrarte a ti mismo". Bajo la lente estoica, este enunciado podría entenderse como un rechazo a la noción de que existe un 'yo' esencial o un destino predeterminado que uno debe descubrir. Los estoicos argumentarían que esta búsqueda de un 'yo' auténtico o esencial es en gran medida una distracción del presente y de lo que está bajo nuestro control. Estamos en constante cambio, influenciados por una multiplicidad de factores externos e internos, y por tanto, el 'yo' que buscamos puede no ser más que una ilusión.
En cambio, los estoicos nos instarían a centrarnos en la segunda parte de la afirmación: "Se trata de crearte a ti mismo". Aquí encontramos la verdadera esencia del estoicismo: la idea de que somos los arquitectos de nuestro carácter y, por ende, de nuestra vida. Somos responsables de nuestras respuestas y reacciones ante la vida. Los eventos externos no pueden dañarnos ni beneficiarnos, es nuestra interpretación de ellos lo que determina nuestro bienestar y la calidad de nuestras vidas.
Entonces, cada día, cada momento, es una oportunidad para crearnos a nosotros mismos. Nos moldeamos a través de nuestras decisiones y acciones, con cada pensamiento y cada gesto. Al actuar con virtud - con sabiduría, coraje, justicia y templanza - nos creamos a nosotros mismos como seres humanos estoicos y plenos.
El filósofo estoico Epicteto una vez dijo: "No te inquietes por lo que te sucede, sino por lo que haces". Este enfoque empodera al individuo para que reconozca que, en lugar de buscar quiénes somos, debemos decidir quiénes queremos ser y trabajar activamente para convertirnos en esa persona. La vida, desde la perspectiva estoica, es un lienzo en blanco en el que podemos pintar nuestro carácter y nuestra vida con los colores de nuestras elecciones y acciones.
En resumen, la vida es una perpetua obra de arte en progreso, una continua creación de uno mismo a través de las acciones y decisiones diarias. En esta tarea, somos a la vez el artista y la obra, el creador y la creación. Así, en el espíritu de esta reflexión y en la tradición estoica, te animaría a que mires más allá de la idea de encontrarte a ti mismo y, en cambio, te enfoques en la labor constante y gratificante de crearte a ti mismo.
¿Cómo las elecciones y acciones que tomas cada día están contribuyendo a crear la versión de ti mismo que aspiras a ser?
Ejercicio para practicar durante una semana:
Practica estos tres pasos durante una semana. Recuerda, no se trata de ser perfecto, se trata de ser consciente y de hacer pequeños cambios cada día que te ayuden a convertirte en la persona que deseas ser.
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