Cada semana, ofreceremos una reflexión estoica y ejercicios para profundizar la práctica del estoicismo en un viaje de autodescubrimiento y fortaleza personal.

El mayor obstáculo para vivir es la expectativa, que depende del mañana y pierde el hoy. Estás arreglando lo que está bajo el control de Fortuna y abandonando lo que está en el tuyo

Reflexión

Somos los autores de nuestro propio bien y mal, y está en nuestras manos tratar nuestra mente y cuerpo con respeto y cuidado. Al confrontarnos con esta pregunta, "¿Cómo te tratas a ti mismo? ¿Podrías tratar a tu futuro yo con más respeto y cuidado?", la sabiduría estoica tiene mucho que ofrecer.

A menudo, nos dejamos llevar por el aquí y el ahora, descuidando la certeza incierta de un futuro que está constantemente a la merced de nuestras acciones presentes. La reflexión estoica nos anima a enfrentarnos a esta cuestión no como una incitación a la ansiedad, sino como una exhortación a tomar responsabilidad, a asumir nuestro deber como custodios de nuestro propio ser.

Tratarnos con respeto, en el presente, significa escucharnos a nosotros mismos con compasión y con firmeza, entender nuestras necesidades y limitaciones, aceptar nuestras emociones sin ser gobernados por ellas, y guiarnos hacia acciones y decisiones que estén en armonía con nuestras virtudes. No debemos ser déspotas de nuestro propio ser, sino guías pacientes y amables, forjándonos en el crisol del autocontrol y la disciplina.

Y en cuanto al futuro, la sabiduría estoica nos insta a considerar a nuestro yo futuro con el mismo respeto y cuidado que le brindaríamos a un amigo querido. Pensemos en nuestro yo futuro como una promesa, como una responsabilidad preciosa. ¿Cómo podemos cultivar hoy las semillas de una vida que será respetada y atesorada mañana? ¿Cómo podemos, a través de nuestras acciones y elecciones diarias, honrar el legado de nuestro yo presente para el beneficio de nuestro yo futuro?

Recordemos las palabras del filósofo estoico Séneca: "No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho". En el mismo espíritu, podríamos decir que no es que no nos respetemos a nosotros mismos, sino que a veces olvidamos cuánto valemos. Nuestro yo futuro merece nuestra atención, nuestro esfuerzo, nuestra empatía, nuestra paciencia y, sobre todo, nuestro respeto y cuidado.

El estoicismo nos recuerda que estamos en una constante danza con el tiempo, y en esta danza, cada paso que damos hoy resuena en el escenario de mañana. Así que tratémonos a nosotros mismos, y a nuestro yo futuro, con la dignidad y la gracia que este baile merece. Porque en el gran teatro de la vida, somos a la vez el bailarín y la danza, perpetuamente entrelazados en un ciclo de constante transformación.

Pregunta

¿Cómo te tratas a ti mismo? ¿Podrías tratar a tu futuro yo con más respeto y cuidado?

Ejercicio

Intenta tomar decisiones esta semana que beneficien a tu futuro yo. Podría ser algo pequeño como comer saludable o algo más grande como ahorrar para el retiro.